Carteles para la Bienal de la Habana

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Carteles para la Bienal de la Habana.

Llego por invitación de un amigo al Centro de Prensa Internacional, el 1ro de febrero para conocer sobre la nueva propuesta de carteles en homenaje a los 40 años de la bienal como evento.

La ruta cronológica que forma parte de la muestra, me hace querer responder la pregunta ¿por qué fue creado un evento como este? Me encuentro con un artículo que se titula ¿Cómo, por qué y para qué se hace la Bienal? de Llilian Llanes quien nos comenta: La Bienal de La Habana surgió como una alternativa de espacio a artistas que no han tenido el privilegio de la difusión internacional que su obra merece (…) Se necesitaba un espacio que favoreciera el diálogo entre los artistas del Tercer Mundo. Más que hacer un evento en el que se mostrara un corte panorámico del arte de los diferentes países, lo que nos motivaba era la posibilidad de favorecer relaciones de intercambio y conocimiento de los diferentes artistas entre sí y entre ellos y el público.

Bajo la curaduría de Alex Martínez y Nelson Ramírez de Arellano, la exposición “Carteles en Diálogo: Nuevas Narrativas” quedó inaugurada en la tarde del 1ro de febrero y estará hasta el 28 de febrero como iniciativa, con la reinterpretación de los carteles de las ediciones anteriores de la Bienal, desde un punto de vista diferente, con otras técnicas y por supuesto desde otras miradas.

Con diseños de: Adrián Navarro; Aldo Cruces; Alejandro Rodríguez; Alejo R. Romero; Alex Martínez; Alicia Guevara; Arístides Torres; Javier Borbolla; Julio Montesino; Lyly Díaz; Manuel Fernández; Miguel LP; Nelson Ponce; Pepe Menéndez y Yanaisy Puentes; y diseño promocional de Flavia Machado, el público presente disfrutó de la exposición colectiva al 40 aniversario de la Bienal de La Habana.

Desde la XV edición de este evento se descubren nuevas ideas para un público diferente, pero se deja abierta una puerta a visitar las muestras anteriores y revisitar la historia y lo que ha sido la bienal de la habana en sus ediciones anteriores.

De igual forma esta propuesta sirve para la visibilidad de artistas emergentes y continúa con su premisa de servir de espacio para las jóvenes generaciones. En esta ocasión el diseño tuvo un papel fundamental, “dentro de la gráfica cubana, el cartel se ha situado como símbolo indisoluble de hechos culturales y políticos. Se ha convertido así en historia, en su ademán de acompañar y tributar sin igual el decursar de la cultura cubana. No se puede pensar en un filme de la época dorada sin que venga a la mente su cartel, cuando se habla de canción protesta imaginar la rosa icónica que ha trascendido en su visualidad.” (Magdalena Molina Pita)

Uno de sus curadores, Alex Martínez, comentó que esta obra fue un encargo del centro Wilfredo Lam, para revisitar las obras artísticas durante estos 40 años de Bienal con presencia de artistas visuales contemporáneos gráficos y diseñadores.

Regresar a la cartelística permite también rescatar el registro documental de nuestra cultura, “las manos de grandes del diseño cubano han perpetuado la esencia de cada edición, imprimiendo al evento la gracia de su quehacer (…) Perspectivas varias, en consonancia con los modos de hacer de cada creador, confluyen en el Centro de Prensa Internacional bajo la intención de reivindicar el legado de este arte que ha situado a Cuba como referente en América Latina, y su tránsito por la Bienal”. (Magdalena Molina Pita)

El diálogo como premisa de esta muestra permite la comunicación desde las líneas e ideas del cartel hasta el imaginario del espectador, lo que permite cerrar un ciclo creativo y recuperar la visualidad desde perspectivas contemporáneas.

Por: María Karla Larrondo González.

Fotos: Daniela Ariosa Valdés

Nodo Habana: entre el arte y la arquitectura

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Nodo Habana entre el arte y la arquitectura.

¿Cuántos años debe tener un edificio para considerarse antiguo? ¿Cuántos para considerar que tiene algo que contar? El mar ahora es la puerta de entrada para una casa que guarda su historia pero abraza la novedad del arte y la arquitectura para conformar nuevas conexiones culturales.

La antigua Casa Sarrá, ubicada en Malecón y Lealtad, proyecto de la firma “Morales y Compañía” a inicios de los años 20, diseñada por el arquitecto Leonardo Morales Pedroso, para residencia familiar de Octavio Averhoff Plá y su esposa Celia Sarrá Hernández; es la cita de este encuentro.

Las casas antiguas siempre me han generado admiración, al entrar en esta residencia, te recibe una escalera de mármol, dos salones en la planta baja y un patio interior. La segunda planta con cinco salones, y una vista maravillosa y pendiente hacia el malecón habanero.

En la tarde del 17 de enero, abrió sus puertas, bajo el nombre de Nodo Habana, un espacio de conexiones culturales, justo en Malecón y Lealtad, en el edificio de la antigua casa Sarrá. Se reunieron personal diplomático, directivos de la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana, artistas, arquitectos y otros invitados en un evento privado donde brilló la magia de la cultura cubana, esta vez en voz de Gretel Cazón quién nos deleitó con su melódica voz y música caribeña, al igual que se inauguró una pieza del arquitecto mexicano, Francisco Martín del Campo.

Dicha pieza, “La ciudad de la alegría” expone un concepto dinámico, donde el arquitecto invita a que cada espectador construya su ciudad soñada. La muestra, como parte de la XV edición de la Bienal de la Habana, estará en exposición hasta febrero de este año.

Nodo Habana servirá de sede para Sinfiltro, proyecto sociocultural con niños y adolescentes del barrio de San Isidro en la Habana Vieja. El inmueble, restaurado por el interés de la Oficina del Historiador, porque Leal –explicó el arquitecto Orlando Inclán – de alguna manera empeñó mucho su esfuerzo en recuperar esta antigua casa, que es una de las más bonitas que tiene el malecón.

Si cerramos los ojos dentro de esta antigua residencia, se pueden escuchar aún susurros que nos hablan de la Habana, así la mezcla entre las artes, permitirá que el inmueble cobre vida. Declaró Patricia Rodda, actriz y poeta, en la presentación, que es un espacio para también darle voz a la mujer: “Vamos a tener aquí espacios para la escena, vamos a tener espacios literarios, a trabajar también con la comunidad. Nos interesa trabajar con la mujer, con la madre, con las de la tercera edad y, por supuesto, vamos a seguir trabajando todo lo que hemos venido haciendo en San Isidro con los adolescentes, que es clave y fundamental en el proyecto SinFiltro”.

Como parte del encuentro estuvieron invitados los Maestros del Ron Juan Carlos González Delgado y Salomé Alemán, primera mujer en integrar ese movimiento.

Como sede de la IV Bienal de Arquitectura en el año 2026, el espacio tiene entre sus principales objetivos unir cada manifestación de arte, crear encuentros de socialización, visualización del arte y ser un espacio para expandir la relación entre los ciudadanos y su habanidad.

Por: María Karla Larrondo González
Fotos: Néstor Martí

De Mucho ruido a Calendario

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De Mucho ruido a Calendario

“Hay una flor que vive en mí”. Existe una generación de cubanos, que con solo escuchar esa estrofa sabe a qué nos estamos refiriendo. “Mucho ruido”, teleserie juvenil cubana estrenada en el año 2009, que encierra los conflictos e historias de 15 adolescentes.

Mientras se estrenaba “Mucho ruido”, practicaba deporte y estaba becada, por lo que el escenario me era quizá, un poco más familiar que para el resto de los adolescentes que veían la serie. Con las inquietudes del futuro próximo y el cómo se celebrarán los 15, la serie reflejó cada tarde a las 7:30pm conflictos, chistes y experiencias de sus protagonistas, en los que cada espectador se vio reflejado en más de una ocasión.

La teleserie dirigida por Mariela López se desarrolló en un campismo popular, y fue uno de los programas de mayor aceptación y de mayor visibilidad en sus retransmisiones. Hace poco, en redes sociales vi un encuentro de algunos de los participantes del elenco, muchos de los cuales viven en Estados Unidos y me fue difícil no recordar la serie.

En un entorno donde cada protagonista presentaba sus conflictos pero siempre quedaba espacio para la amistad y el amor. Creo que todas las chicas soñamos alguna vez con la serenata de José Ángel para Laura, o con la fusión de bailes en los 15 de Yaíma. Cuando la serie se estrenaba aún no era parte de la generación que se expresa a través del ruido, a través de la inconformidad, a través de la rebeldía que solo nos permite crecer y ser parte de nuestra sociedad, lo que a nuestra forma.

¿Han cambiado las generaciones o ha cambiado el ruido?

Mientras recuerdo las escenas y la música que siempre me ha acompañado, quiero acordarme qué otra serie ha marcado tanto a una generación y sin duda tengo que mencionar a Calendario. Con unas cuántas generaciones después, tanto que Clarita encarna el papel de la profesora; y con unos conflictos que si bien son de adolescentes nos aterriza a otras formas de chismes, engaños y relaciones de amistad.

Calendario, serie dirigida por Magda González Grau y escrita por Amilcar Salatti, estrenada su primera temporada en el año 2022; permitió reunir a un elenco de jóvenes para contarnos sus intereses y sus miedos.

En un homenaje a los educadores, se nos explica la posición del maestro, en este caso particular con Amalia, para reflejar el amor que puede llegar a sentir todo el que de alguna forma se dedica a la formación y la enseñanza.

Tres temporadas fueron las necesarias para mezclar, dialogar y conformar historias y emociones en un grupo de adolescentes y jóvenes en pantalla. El lugar perfecto para hacernos reflexionar esta vez es el aula con Amalia al frente, donde la literatura juega un papel importante en la transformación de varios personajes.

Se desvisten otro tipo de conflictos como el acoso escolar, la violencia de género, la adicción a la tecnología y a las drogas. Realizar programas para los adolescentes y jóvenes siempre es más atractivo cuando son ellos los que los protagonizan y nos hablan desde sus miradas .

Transformar a la juventud también es cuestión de observarla y sin duda eso ha pasado con Mucho ruido y años después con Calendario.

Lugares con alma en La Habana

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Lugares con alma en La Habana

La Habana es una ciudad llena de historia, cultura y belleza, y aunque muchos turistas se concentran en los puntos más emblemáticos, hay rincones menos conocidos que poseen un valor histórico y cultural invaluable. Estos lugares ofrecen una experiencia diferente, más íntima y menos saturada de turistas, permitiendo a los visitantes sumergirse en la esencia más auténtica de la capital cubana. 

1. El Callejón de Hamel: Un paraíso de arte y cultura afro-cubana

Situado en el barrio de Cayo Hueso, el Callejón de Hamel es un pequeño pero vibrante espacio que refleja la influencia de la cultura africana en Cuba. Este callejón, convertido en un museo al aire libre, es famoso por sus coloridas pinturas murales que representan figuras de la cultura afro-cubana, así como por sus esculturas y objetos tradicionales. A lo largo de este lugar, se pueden ver referencias al santerismo y las tradiciones religiosas afro-cubanas, y es común encontrar grupos de danzón, rumba y música en vivo durante los fines de semana.

El Callejón de Hamel es, en cierto sentido, una de las joyas escondidas de La Habana. Aunque ha ganado cierta popularidad entre los turistas, sigue siendo un lugar que pocos llegan a conocer en profundidad. Este rincón representa la vibrante cultura del país y la conexión de La Habana con sus raíces africanas.

2. El Parque Almendares: Un pulmón verde con historia

El Parque Almendares, situado entre los municipios de Plaza de la Revolución y Marianao, es uno de los espacios verdes más importantes de La Habana, conocido por su entorno natural y su relación histórica con la ciudad. A menudo pasa desapercibido entre los turistas, pero es un lugar que invita a escapar del bullicio urbano.

Este parque, que alberga el río Almendares a lo largo de su extensión, es ideal para un paseo relajante, haciendo una pausa en medio de la naturaleza. Además, cuenta con varios puntos históricos, como el famoso puente de hierro que conecta diferentes áreas del parque. A lo largo de su historia, ha sido escenario de importantes momentos para la ciudad, y su paisaje lo convierte en uno de los espacios más tranquilos y agradables de la capital cubana.

3. La Casa de la Obrapía: Un refugio colonial con una historia fascinante

La Casa de la Obrapía, ubicada en el corazón de La Habana Vieja, es uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Su nombre proviene de la actividad de la época colonial, cuando en sus primeras décadas funcionó como una especie de obra o taller para los obreros. Sin embargo, lo que realmente la convierte en un lugar de interés es la historia de la familia que la habitó, los vecinos y las transformaciones que sufrió durante los siglos.

El edificio, de arquitectura colonial, ofrece una muestra auténtica de la vida en La Habana en el siglo XVIII. La casa alberga una pequeña galería de arte y un restaurante, pero su verdadera magia radica en los detalles que todavía conserva, como sus hermosos balcones y las pinturas que decoran sus muros, las cuales cuentan historias de una época dorada de la ciudad.

4. El Museo Nacional de Bellas Artes: Un tesoro artístico de Cuba

El Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana es uno de los lugares más representativos de la cultura cubana y un verdadero tesoro artístico, pero no siempre se le da la misma visibilidad que otros lugares turísticos más conocidos. Este museo alberga una vasta colección de arte cubano e internacional, que va desde la época colonial hasta las vanguardias artísticas más contemporáneas.

El edificio está dividido en dos secciones: una dedicada al arte cubano y otra al arte universal. En la primera, se pueden admirar obras de artistas como Wilfredo Lam, René Portocarrero y Amelia Peláez, entre otros. La segunda sección ofrece una impresionante muestra de arte europeo, con obras de maestros como El Greco, Goya y Rembrandt.

Este museo no solo es una ventana al talento artístico de Cuba, sino también una oportunidad para comprender la evolución cultural del país a través de sus artistas más influyentes. Además, su arquitectura y su ubicación en el centro histórico de La Habana lo convierten en una visita imprescindible para quienes buscan sumergirse en la riqueza cultural de la isla.

La Habana está llena de lugares que, aunque menos conocidos, tienen una gran historia y ofrecen una experiencia única para aquellos dispuestos a salir de los circuitos turísticos tradicionales. El Callejón de Hamel, el Parque Almendares, la Casa de la Obrapía y el Museo Nacional de Bellas Artes son solo algunos ejemplos de los muchos rincones que esperan ser descubiertos. Estos lugares nos recuerdan que La Habana es mucho más que sus calles más famosas, y que la verdadera esencia de la ciudad se encuentra en sus detalles ocultos y en sus historias no contadas.

Benito le canta a Cuba

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¿Benito le canta a Cuba?

Existen ritmos en la música que se adhieren al cuerpo y crean una conexión inevitable, es escucharlos y pararse a bailar. Existen ritmos que en pleno siglo XXI y específicamente en el año 2025 parecían que iban perdiendo fuerza, sentido o esencia, pero ¿Bad Bunny hace un guiño a la permanencia del son, la salsa y el toque de batá?

La última propuesta de disco de Benito Antonio Martínez Ocasio, conocido como Bad Bunny, estrenada el pasado 5 de enero con un total de diecisiete canciones “Debí tirar más fotos” su sexto álbum de estudio, ha puesto a todos alertas y a más de uno a bailar hasta que termine la canción.

NUEVAYoL es el tema que abre el disco. En un merecido homenaje a la universidad de la salsa, El Gran Combo de Puerto Rico, cuyo coro popularizado en 1975 fue compuesto por Justiniano “Justi” Barreto (1923-2015) un cubano radicado en Nueva York desde 1952, quien vivió el auge de la salsa y describió en su obra la vida de los latinos en la Gran Manzana.

“Debí tirar más fotos” es un disco con sabor, una mezcla que va desde el reggaetón a la salsa con mucha facilidad, demostrando la versatilidad de un artista que alcanza una madurez artística con este disco, dándole espacio a nuevas voces y agrupaciones como “Pleneros de la Cresta”, Raino, y Chuwi con WELTiTA.

Con una constante producción musical que cuenta con sus últimos discos: “Un verano sin ti” y “YHLQMDLG”, Bad Bunny ha creado un ritmo propio y contagioso que resume y recrea la voz y la melodía propia del artista.

Llego al nuevo disco de Benito por la recurrencia a la canción que da nombre al disco, pues el tema ha dado pie a reels, trends y virales del 2025, reflejando la nostalgia de los que ya se fueron, de los amigos que decidieron emigrar y de la esencia que poco a poco vamos perdiendo.

Lo primero que veo es el corto homónimo que refleja la historia detrás de las letras del disco, donde actúa el artista puertorriqueño Jacobo Morales y me deja pensando en el poder de las inversiones y la gentrificación. Bad Bunny no ha hecho un disco solo para bailar y pasarla bien, ha hecho productos que nos acercan a la reflexión, a la verdad y por qué no, al deseo de muchos de volver a abrazar lo que llamamos nuestra tierra.

Sin dudas es un rescate de raíces y un canto a la nacionalidad caribeña, como una protesta con bandera en mano. LA MuDanza es una de mis canciones favoritas, quizá porque refleja el origen del artista o quizá por la nostalgia y por referencia a “de aquí nadie me saca, de aquí yo no me muevo, dile que esta es mi casa, donde nació mi abuelo”

El disco busca una reinvindicación con la identidad musical de Puerto Rico y del caribe. LO QUE LE PASÓ A HAWAii es la declaración más directa a la protesta del disco, se observa la resistencia cultural que arropa al corazón a más de un receptor.

Y pues no, Bad Bunny no le canta a Cuba, le canta su pueblo natal Puerto Rico, pero la sinceridad de las letras aflora la vida de más de un emigrante, y la conexión del caribe permite que más de un cubano sienta que se le canta a su isla y que se refleja su verdad.

Por: María Karla Larrondo González.

arte en Cuba

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¿Se compra arte en Cuba?

La proliferación artística en Cuba en los últimos años ha estado enfocada en las artes visuales, la danza y el teatro. Reflejar la autenticidad de una generación impacta en el quehacer artístico, fomentando la reflexión, el debate, el diálogo interno; pero la realidad del cubano apunta hacia otros intereses.

Hace poco, y aclaro que estamos en el marco de la XV Bienal de la Habana, visité algunas galerías y como en realidad, todo lo que vives comunica, no solo visité las exposiciones sino que decidí observar el entorno alrededor de las galerías de arte y de las exposiciones.

¿De qué sirven las galerías de arte en un país como Cuba? El arte y los artistas asumen formas de hacer según un contexto y una realidad. A veces se buscan miradas en la introspección pero otras traducen la verdad del entorno, del país, de la generación.

Cuba en este 2025 está atravesando otro proceso de cambio de monedas lo que afecta a la economía general del país. Muchos economistas desde el año 2020 comenzaron a proyectar el desequilibrio económico que afectaría a Cuba producto de las medidas tomadas por el gobierno.

Cada decisión que toma el gobierno afecta considerablemente, como es lógico, a la población y a los ciudadanos. En medio de un contexto como Cuba, viene a mi cabeza la pregunta ¿quién compraría arte en Cuba?

Retomando la experiencia con las exposiciones, ambas tenían velador (a) pero no me dieron la guía ni la explicación de las muestras, primero pensé en molestarme, pero a decir verdad el que yo estuviera allí era lo extraño. Al salir de la primera exposición justo en la esquina había un latón de basura con todos los desechos desbordados y dos personas revisando el contenido (la basura), y fue cuando me puse a reflexionar que nadie está interesado en ver algo más que no sea su propia vida y encontrar las respuestas a sus problemas.

Enero comienza con la dolarización y las nuevas tiendas, que ya muchos critican: primero porque las tarjetas que hace menos de cuatro años, prácticamente obligaron a portar para la compra en las tiendas, no funcionan en estas nuevas tiendas. Nuevos cambios en los actores económicos y nuevas leyes con la pretensión de abastecer y revivir la utopía de vivir en Cuba.

Existe arte en Cuba hecha por artistas cubanos pero la comercialización del mismo se hace cada vez más complejo y el simple hecho de apreciar el arte tampoco resulta una actividad diaria para los que habitan humildemente a Cuba.

Habana

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Habana

Habana, si bastara una canción, para devolverte todo lo que el tiempo te quitó”. La capital de los cubanos es una ciudad que ha inspirado e inspira a más de un artista. Una de las canciones más representativas de una generación de cubanos ha sido “Habáname” de Carlos Varela, yo la escucho y pienso en mi madre, pienso en los amigos de mi hermano y pienso en mi generación que cada vez se dispersa más por todo el mundo. “Mirando un álbum de fotos de la vieja capital…” hay estampas que siempre van a quedar dentro de los cubanos, quizá por eso se le canta a la Habana, quizá por eso La Habana siempre será inspiración.

La música no es la única manifestación que ha reflejado la sensibilidad que acoge a aquellos que observan de una forma diferente a la Habana, pero mi reproductor de música me recuerda que desde “Los Van Van” con su “Habana sí”; Raúl Paz con “Havanization”, las Sábanas blancas de Gerardo Alfonso y “Havana” de Camila Cabello; mantiene el ritmo del Caribe y ayuda a sacarnos de vez en cuando una sonrisa.

De ahí películas como Habana Blues o Vampiros en la Habana, entre otras muchas, dejan huella de la creación y la grandeza de las realizaciones cinematográficas que han sido parte del hacer cultural y documental de Cuba.

A veces también le escribo a la Habana, la observo como esa madre que ha acogido a tantos pero que el tiempo le pesa, le escribo porque es mi ciudad y a veces también duele; pero en el intento de escribirle no solo escucho canciones sino que leo a otros autores que han reflejado su amor por la ciudad.

Entre ellas está la poeta Giselle Lucía Navarro, quien dedicó un poemario cuyo título “La Habana me pide una misa” deja como un susurro su amor por la ciudad “El esqueleto de las calles ha comenzado a cambiar./ Lo sé por el efecto de sus olores/ efervescentes, tóxicos, desconocidos./ Sus arterias sangran en verde y negro,/ les brotan erupciones de estiércol por todas partes,/ granos sagrados en dudosos envoltorios/ en cada cruce de esquinas/ que arrancan los olfatos de las casas./ El caminante debe evitar/ pisotear las ofrendas de los chamanes./Los precavidos ya se han colocado la mascarilla./ Nadie sabe qué puede pasar/ el día que la ciudad culmine su metamorfosis./ Después de todo/ la suerte ha sido siempre un asunto de resistencia.”

Patricia Rodda en su poemario “Desnuda en proscenio” también hace un canto a La Habana, “Pero se gasta la vida/ y entonces pienso en sus canas,/ sus arrugas que no podré mirar,/ sus malditos silencios que ya no podré escuchar,/ en su velo, Habana,/ su velo de peces y sal…”

Y así, cada artista o cada ser humano puede apreciar el desgaste, la humedad de las palabras, las velas en la penumbra. La Habana tiene muchas historias, a veces la cuentan la que la ven desde fuera, la que la sufren desde dentro, la que la sienten como su hogar. La Habana ha envejecido con cada canción y cada poema que le han dedicado. Se ha tejido nuevos adoquines. La Habana reza en la orilla de su malecón, sufre junto a su gente, se fuma cada noche sus heridas y canta.

Havanece / Yongolailan

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Havanece / Yongolailan

El universo místico de la música me ha soltado, de una simple bocanada de aire, y como salida de una peli de ficción en las calles de Cuba, 10 años atrás. Y es que todo lo que suena en este disco sabe a una isla que personalmente, ya no existe. Todo lo que te imaginas, recreas y revives, es una nueva orilla que te conduce a sonidos que hoy forman parte de Carlos José Martínez, el productor y Dj cubano detrás de Yongolailan.

Acercarme a la obra de un artista tan completo como Carlos siempre me ha dado mucha curiosidad. Y por si fuera poco no es primera vez que me enfrento a la escucha de su música, atenta y profunda. Primero Yemayá y Oshún, su carta de presentación en mi vida. Luego, Sueño Tropical, su primer disco, que salió a la luz mucho antes que todo, en Cuba, una primera vez en el año 2015 y luego desde Estados Unidos, en 2018.

Como era de esperar, en el mantra de un productor de este siglo hay mucha electrónica, pero también muchos sonidos naturales que quieren ser descubiertos y armados. Con el protagonista de esta producción no sucede lo contrario y así lo muestran los trabajos que anteceden a este fonograma, que se presenta para despedir el año, con el nombre de Havanece.

Conocer al artista que es Yongolailan en este disco se ha vuelto un viaje. Salen a la luz 10 tracks, luego de varios años de trabajo, producción y varias nostalgias atoradas en unos beats en forma de samples. Al contrario de lo presentado en lanzamientos anteriores, donde se trabaja la electrónica de manera más protagónica, Havanece trae unos medios instrumentales que lo enriquecen con más naturalidad.

Abre con Contradanza de Ensueño, una habanera que desde el minuto uno presenta la progresión armónica que regirá toda la pista. Es la presentación de una vida pasada recreada en el presente. A este ritual se une Jorge Aragón, pianista cubano que siempre encuentra una certeza en la música que comparte. Suena a extrarradio y coloca en espacio-tiempo ⸻a través de la voz de un niño⸻ la dramaturgia que reinará en la totalidad de la producción.

Le sigue Buena Vista Social Soul, y aunque pareciera que es un guiño a la emblemática orquesta de música tradicional cubana mundialmente conocida, tiene más de la infancia de Carlos en su barrio de Buena Vista, en playa. De ahí el bullicio adolescente del inicio, la guapería cerrada del tempo, el saxofón jazzeado, la conjunción con el bolero, porque también es representar raíces. El rejuego penetrante entre los saxos, el piano y la percusión y la base electrónica detrás. Es ese presente que suena a jazz americano, al piano afrocubano de los años 70 y las vivencias actuales de un músico que atrapa su pasado y lo convierte en un presente enriquecido, ya no desde La Habana, sino desde New York.

La infancia, luego de la juventud, es la etapa de la vida que más recordamos al crecer. Consciente o inconscientemente nuestra memoria física recuerda todo aquello que nos impactó, para bien o para mal. Un leitmotiv en la memoria que se afianza desde la música al recordar los sonidos que conforman tu primera personalidad. Afuera en el patio va de eso, un track que experimenta, desde lo personal, el cómo convivir con la nostalgia del pasado, esa acción de recordar con cariño y añoranza lo que vivimos.

El imaginario sonoro de Yongolailan es interactivo de nacimiento. Conecta con muchos momentos de su vida y los convierte en mímicas interpretadas de la realidad de muchas personas. El descubrir, el llenar el espacio está sobrevalorado al deseo de compartir música con la gente, una fuerza de ADN y libertad que pone en mira un nuevo universo. Es aprender a interpretar lo ya reinterpretado, es volver a conocer Danza Lucumí, luego de muchos años. Recordar a Ernesto Lecuona desde la recreación de una fábula, desde el sincretismo actual que supone unir lo sinfónico, los efectos de las flautas mágicas, las melodías de los violines, el beat electrónico, los timbres que suenan a vinilo, la clave cubana en repeat desde un plano lejos pero presente; todo conjugado con el concepto afrocubano es bien interesante.

Hemos llegado al centro del Ecuador del disco con Awa pal dominó y se va sintiendo qué, propuestas musicales así de frescas y con una carga emocional bien presente hacen más falta en la creación musical cubana de los últimos tiempos. Además, que un beatmaker lo ponga como menú completo, encima de la mesa y lo haga de manera tan auténtica y humilde, es de meritar. Imagina la imagen real de la mesa de cuatro, de madera o cartón tabla, en cualquier esquina de la Habana. Se va desenvolviendo en 1:56´ a piano comparsero y sinfónico, beat percusivo y ambiental. Va creciendo ese niño que en imágenes representa lo que hoy lo conforma como artista. Suena a folklorismo e impresionismo conceptual.

De todo este universo sonoro, Chinatow Downtown es uno de los temas que ya se conocen junto a Havanece, dos singles que fueron lanzados previamente antes del fonograma y comparten el sentir de una identidad propia. El tema representa la personalidad de Carlos, su flow y sus galaxias más allá de una simple realidad. El track, hecho para un corto de Grethel Castillo ⸻guionista y directora de cine cubana⸻ se dio a conocer en Cuba, en un concierto en vivo registrado en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes. Justamente esta sonoridad, describe un mundo en retrospectiva y une culturas distantes pero conjugadas de tal manera que perdura su huella, en el tiempo. La imagen es difusa, muy loca y eso atrae: una dramaturgia tan cuidadosa como experimental que nos traslada a un mundo vivencial muy cinematográfico. Al piano, se une una vez más Jorge Aragón y la guitarra es recreada por Rafael Rodríguez.

Si todo lo Antaño oliera y sonara a viejo, este tema sería la imagen de lo que representa Cuba para los cubanos. De igual manera es ambiguo el concepto. Su sonoridad nos recuerda a la música de Arsenio Rodríguez, desde un tributo a todo lo que representó y representa para la cultura cubana. “Suena a la magia de lo que perdura”, me dijo una vez su propio autor.

Le sigue Un Paraíso bajo las estrellas, con tempo firme y aire irregularmente danzable. Recuerda en la base de congas al bolero. Una frase melódico-rítmica muy conceptual se repite en loop durante los 1:57´ min que dura su escucha. Regresas a ella, y recapitulas sobre todo al final, para descifrar las frases cantadas que se escuchan a lo lejos. Recuerda mucho a ese jazz sinfónico americano de Gershwin, un poco de Eric Satie y las corrientes musicales mezcladas que se dieron cita a lo largo de todo el siglo XX. Suena a un cubano americanizado, desde la certeza de que Cuba suena a muchas cosas que son imposibles de borrar del mapa cultural que la conforma. Suena a Sinatra, a Lecuona, al Bola; al filin de aquellos años de oro cultural cubano, molido en música. Ese paraíso bajo las estrellas ⸻que se logran o no ver⸻ desde el lugar en el que estés: es mirar a Cuba desde New York, es sentir a Cuba desde New York.

Seguimos jugando seriamente a disfrutar de esta escucha detallada que ha sido sobrevolar por el universo interno de Yongolailan y su música. En la Azotea, es el tema que conceptualiza el mood chill de este disco. Veo luces enrojecidas y violetas. Noto la búsqueda de una propia voz que suena a ese jazz suave e improvisado del saxo, con mucho aire. Particularmente la producción de este tema es muy neoyorquina, conectando así, con el otro punto de este puente, entre la Habana y esa ciudad que nunca duerme. En colaboración con Animalejandro, nombre artístico del excelente multiinstrumentista cubano Alejandro Sierra,.

Hemos terminado el viaje en Havanece, título homónimo y última pista de este disco de larga duración que viene a regalarnos Carlos José, desnudándose completamente el alma en ello. El tema, grabado junto al trompeta cubano Edel Jamir Zaldivar ⸻más conocido como Undertrumpet⸻ es un viaje que evoca, y como bien decía Danko Rosete luego de su lanzamiento en julio de este año , “una trompeta que se pasea por un malecón de loops sonoros” demasiado cercanos a nuestro corazón.

Este es un álbum bien consecuente y especial, y tiene muchas almas. Inspirado en las músicas de seres muy cubanos como Bebo y Chucho Valdés, Paquito de Rivera, Israel López Cachao, Arsenio Rodríguez, Bola de Nieve, Ernesto Lecuona, Carlos “Patato” Váldez, y tantos más. A través de aquí se construye todo. Es esa imagen de una isla vista desde una memoria histórica y un nuevo estar. Son los recuerdos del pasado y la evocación del presente, que la reconstruyen. Una vida y muchas emociones guardadas que finalmente son liberadas a través de la música. Es además, un trabajo que admira, homenajea y respeta la historia. Un concepto sólido que representa al productor en sus numerosas fases lunares.

Hoy, Havanece desde otra orilla y Yongolailan nos pone a mirar desde la escucha nuestra historia directa. Hoy recordamos el pasado y vivimos el presente, dejando que la música sea el medio para sentir y respirar, porque al final, si vives y “sientes lo que te gusta, todo [ha] valido la pena”.

Por Mei Tellez

La XV Bienal de la Habana.

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La XV Bienal de la Habana

La Bienal de la Habana tiene como objetivo fundamental exponer el arte contemporáneo en espacios donde el público pueda acceder a él. Así cada dos años las calles, el malecón habanero, galerías y museos de la Habana protagonizan el intercambio cultural con las artes visuales.

En esta ocasión la XV edición de la Bienal de la Habana se extiende desde noviembre del 2024 hasta febrero del 2025, bajo el lema de “Horizontes compartidos”.

El diálogo de las artes nos sumerge en una realidad subjetiva pero real, el arte contemporáneo busca rescatar la esencia de lo humano y construir verdades. La histórica Academia San Alejandro, con dos siglos de historia, se une a este evento con una selección de obras de alumnos, profesores y sus colectivos. Bajo la organización del Centro Wilfredo Lam, desde el 15 de noviembre de 2024 hasta el 28 de febrero del 2025, se desvisten exposiciones, instalaciones, performance para darle vida a la XV Bienal de la Habana.

Con algunas instalaciones que permiten al público reflexionar e incluso ser parte de las obras, encontramos “La nube de madera”, obra del artista alemán Martín Steinert, donde el espectador puede escribir sus deseos y muchos cubanos han expresado sus sueños más sinceros en la gran nube de madera.

Espacios como Malecón Art 255 expone “Los caminos creativos de Abuelas y abuelos prestados”, instalación de la artista Monik Molinet, es una exposición en colaboración con el Centro Memorial Martin Luther King Jr. que funciona como punto de recolección de donativos.

Hasta el momento han quedado inauguradas exposiciones como: Sueños, Metáfora para un cambio de sentido o frontera, La protagonista y Paradigmas en la Academia San Alejandro. “Los otros caminos de la seda”, exposición de la artista Nereida Apaza, exposición que se encuentra en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, con el propósito de hilvanar conexiones entre disímiles tradiciones y modos de creación dispersos alrededor del mundo, confluyendo simultáneamente en un “horizonte compartido” y lenguaje común.

El malecón habanero en esta época del año respira un poco más arte, si es cierto que otros años se han visto más exposiciones e incluso más interés del público hacia la bienal, no deja de ser el litoral habanero uno de los protagonistas. En la esquina de Malecón y Gervasio podemos encontrar “Columna Árbol”, instalación de 127 piezas de cerámica pintada con engobe adosada al muro (parte superior), que se prolonga hasta el suelo en un fuste pintado de acrílico. Detrás del muro muestra de varios artistas se encuentra en la antigua Casa Sarrá, “La naturaleza encuentra un camino, obra que se conforma sobre una pared deteriorada, lo que representa la resiliencia de la naturaleza.

Se han realizado de igual forma conservatorios y talleres en pos del arte contemporáneo, uniendo varias manifestaciones artísticas.

Con algunas palabras como sueños, tejidos, raíces; se despliega un sentido dentro de esta edición de la Bienal. La subjetividad refleja la forma de arte de esta generación y queda claro, a pesar de todo las ganas de crear.

Por: María Karla Larrondo González
Foto: Frank D. Domínguez

Havana RPM: un viaje musical

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Havana RPM: un viaje musical

En 2015 nace Guámpara Music, primer sello discográfico independiente en Cuba, su fundador, Dj Jigüe me cuenta sobre todo este viaje, en una mañana donde nos une el café y los pregones de Centro Habana. Además, me confiesa que su pasión por los vinilos lo ha llevado a crear el Primer Festival de Vinilos en Cuba.

Próximo a la II Edición del Festival Habana RPM, nos reunimos Dj Jigüe y Ained, los creadores de este evento, para conversar de lo que fue la I Edición y lo que tienen en mente para este nuevo evento, que tendrá lugar los días 13 y 14 de diciembre en los Antiguos Almacenes de San José, Habana Vieja.

MK: ¿Cómo nace la idea de crear un festival de este tipo?

DjJ: Mi casa era muy musical, desde pequeño recuerdo la música en los tocadiscos y los discos de vinilo y eso me ha acompañado durante toda mi vida.

A raíz del desarrollo de proyectos que llevamos desde el 2015 creamos, a partir de las experiencias de Air bnb, la nuestra. Como sabemos el contexto genera fenómenos y condiciona muchos aspectos, y en el escenario cultural también; lo cual generó en esos años muchas oportunidades.

En ese entonces el reto era, qué experiencia podríamos crear que fuese diferente. Se nos ocurrió realizar algo que tuviera que ver con la música, pero desde la pasión del vinilo.

Creamos Vinil`s Master, bajo nuestro sello discográfico como experiencia en el 2017; con el objetivo de acercar a la persona a la historia de la música cubana que es contada a través de discos de vinilos que representan diferentes momentos y generaciones que han marcado la escena cultural, política y social de Cuba hasta la actualidad. Queríamos también, algo que nos ayudara a generar soportes económicos para todos los proyectos que teníamos que no generaban ingresos, era una oportunidad interesante. Podemos decir que ese fue el inicio de lo que hoy es el Festival Havana RPM.

Tenemos muchas personalidades que han venido interesados por la experiencia y luego de pandemia teníamos ese antecedente, hicimos algunos eventos en nuestro espacio e invitábamos a amigos, a Dj y se me ocurrió la idea de hacer algo diferente a lo que estábamos haciendo y nos dispusimos a soñar.

Para la industria musical ha sido algo novedoso el regreso del vinilo y nos propusimos hacer algo para que la gente en Cuba conociera lo que estaba pasando, y lo primero era crear una plataforma para que los jóvenes conocieran sobre el vinilo.

MK: ¿Qué experiencias quisieran rescatar de la primera edición del Festival?

A: El Festival fue una experiencia totalmente novedosa para nosotros como proyecto, ha sido lo más arriesgado que nos lanzamos a hacer a nivel de producción y organización.

Realmente nos quedan muchas experiencias bonitas y otras no tanto, que tuvieron que ver con los recursos para poder desarrollar el evento, con toparnos con las personas que pudieran abrirnos las puertas y explicarles de qué iba el proyecto y hacerlos entender del impacto que podría tener un festival de este tipo. Uno de los mayores logros del festival es que hay muchas personas que saben que el festival existe, que es una cultura que está regresando a nivel mundial. El festival está siendo una plataforma para actualizar a las nuevas generaciones con este tipo de eventos y las particularidades que tienen que ver con el vinilo.

Luego de la primera edición han surgido nuevos proyectos alrededor de la cultura, podemos decir que hemos creado una comunidad.

El proyecto nace desde lo independiente, logramos el año pasado aplicar a una beca que otorga el Fondo de Arte Joven, lo que a nivel de presupuesto fue muy importante para la creación del festival. También tuvimos el aporte de muchos emprendimientos lo que ha constituido un apoyo.

Otro reto fue el hecho de que era un evento internacional. Como parte institucional tenemos la colaboración de la Egrem que está siendo el soporte legal de un evento de esta magnitud.

Otro reto fue lograr que vinieran artistas internacionales a un evento que no tenía precedentes y a todos los que invitamos accedieron, también contando con el prestigio de Jigüe. El centro del festival son los DJ de vinilos.

DjJ: Desde que nosotros comenzamos con nuestro proyecto, una de las piedras angulares es promover y tratar de mostrar que en Cuba se pueden desarrollar proyectos desde lo independiente. Para mí ha sido un grave error de que siempre se ha dependido de las instituciones.

Tenemos como reto demostrar que sí se pueden hacer proyectos de esta magnitud desde lo independiente. Que no hace falta que las instituciones se hagan parte, apropiándose de las ideas que surgen en la casa de alguien. Otro logro, a nuestro entender, es que estamos sirviendo de ejemplo para demostrar que hay maneras de hacerlo, con otros emprendedores, que se pueden generar colaboraciones y se visibilizan este tipo de eventos desde lo independiente.

Este año tenemos otras actividades del festival en espacios de los emprendedores que colaboran con nosotros. Se puede decir que el festival se desbordó de la sede principal y está teniendo subsedes, como va a pasar este año.

Tendremos un taller para Djs de vinilo en el Hostal Albero Dulce; la conferencia de prensa tuvo lugar en Malecón 663; y de esas formas se crean sinergias entre los negocios independientes que a su vez han sido de gran apoyo para el Festival. Tendremos espacios teóricos como el Simposio Havana RPM en la Casa Producciones. En El gao, vamos a hacer una actividad para los artistas que están participando en el evento con un grupo folklórico de la comunidad de Regla. Tendremos una visita dirigida a los archivos de la Egrem para los artistas invitados. La presencia de los coleccionistas y los vendedores de discos que serán en la sede principal. Y como centro del festival la presentación de los Dj.

Los emprendimientos han sido una parte fundamental del festival, tengo que mencionar a Estudio 50, que nos han apoyado en muchas aspectos de logística y organización y que logró que el festival tuviera la visualidad y la calidad que tuvo en manera de diseño. También nos han apoyado con Havana RPM lisening party, generando otros espacios con los Djs de vinilo como centro.

Este año “la expo” del festival va a hacer tributo a los 50 años de Irakere y a los 55 años de los Van Van, que son dos pilares de la música contemporánea cubana. La exposición será de portadas de discos de Irakere y de discos de Van Van.

MK: ¿Cuántos artistas invitados a esta edición?

A: Destacar que para esta edición todos los artistas son nuevos con respecto a la edición anterior. Realmente estamos muy contentos con el impacto internacional que ha tenido el festival, a punto que hemos tenido mucha aceptación entre los artistas que se interesan por participar. Este año hemos tenido la tarea de curar con respecto a los participantes, pero nos da satisfacción saber la magnitud que estamos teniendo.

Vamos a tener diez proyectos de Djs, cinco cada día. De ellos tenemos de Estados Unidos, de Italia, de Canadá y Cuba. Tenemos una buena representación

DjJ: La intención es que Cuba entre dentro de la industria del vinilo a nivel mundial. Destacar también que este festival es el primero en su tipo, donde el centro es el artista y la música desde el vinilo; porque no hay, según los estudios que hemos hecho, un festival donde se reúnan los Djs del mundo que tocan con vinilo.

A: Luego de hacer la primera edición fuimos invitados a un evento de mercado de la música en Bogotá, lo que nos confirma el impacto internacional que está teniendo el festival.

La música sigue uniendo y en este caso particular revitalizando parte de la historia desde el vinilo. Un festival llega pronto a los oídos del cubano, la magia de los Dj esta vez quiere sonar más alto.

Por María Karla Larrondo González.