Por Sara Sánchez
Cuando el escenario mundial se perfila al borde de una crisis causada por la propagación de una pandemia que llegó sin calendario, cada cual ha tratado de encontrarse entre los resquicios que le deja la creatividad. Y en tiempos donde la COVID-19 envía a millones al resguardo de sus hogares, aunque parezca una frase manida, hecha, recontra hecha y vuelta a utilizar, el arte salva. Se trata sobre todo de cuidar la espiritualidad, de descubrir, en los pequeños detalles, la calma necesaria, el entretenimiento, la fuerza, para permanecer en casa. Porque es lo que toca.
Históricamente la música ha acompañado el quehacer del hombre… los tiempos de paz, de guerra, de felicidad o de tristeza… todos tienen una banda sonora que cada cual acomoda según su experiencia. Los artistas lo saben, y no han faltado entonces las iniciativas de todo tipo por todo el mundo. Pero si algo llama la atención son las reediciones de temas muy conocidos, algunos himnos ya, en diversas latitudes.
Canciones que, a más de una voz, que, en más de una mano, que, en mucho más de una casa o un país, se acoplan y remasterizan para sacarnos una sonrisa y hacernos tararear… No ha hecho falta escenario, maquillaje, salas de grabación, jefes de escena…Pero han sobrado ganas, sonrisas, empeño y felicidad. Ha sobrado mucho amor, que es quizás lo que todos tienen a mano para dar en momentos donde el mundo parece detenerse, a veces por tristeza, a veces por cansancio. Y caemos en cuenta que alguien nos ha robado también, el mes de abril…
Cientos de videos ahora recorren las redes, unos más improvisados, otros con la organización mínima que amerita el impulso, los más con la cercanía que permite entrar en las casas de quienes ponen voz a la esperanza. Así llegamos a la sala de los míticos integrantes de los Rolling Stones, a un living de Residente (ese de atrévete, salte del closet, destápate), nos enteramos del piano donde compone John Legend, supimos del paisaje que ve Maluma cuando despierta en su casa de descanso o dijimos “vaya terraza chula de Alexander Abreu”… Descubrimos las esquinas quizás más íntimas y preferidas de todos los que levantaron la mano para dar sus tonos, porque también eso ayuda.
Estremece la sensibilidad a puntos inusitados ver a los ídolos de toda la vida en la comodidad de sus hogares, vistiendo ropa más holgada que cara, priorizando un rostro de apoyo a una pose de espectáculo… sintiendo que están ahí, como cada uno de nosotros, luchando por salir adelante sin dejar a nadie en el camino. No importa si es “Latinoamérica”, “Regresaré” o “Quiero volver a verte”. Importa menos si es en español, en inglés o francés la letra de aquella canción que con los primeros acordes te plantan frente a la pantalla y no te despegan hasta el final.
Lo importante, lo que de verdad cuenta, es encontrar en cada uno de esos temas, el motivo para mirar adelante y tener fe en un futuro mejor muy pronto. Porque solo por esta vez, desde el reggaetón hasta la música de cámara, se unen en un empeño común… #QuédateEnCasa no es un hashtag de moda, es el llamado de la humanidad. Y por suerte, está llegando con música. Aprovéchalo.