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Lo que nos queda es la LUZ

Estrenada en el Centro Cultural de los almacenes de San Jose por el Grupo Creativo Nave Oficio de Isla, llego Luz a la vida de cientos de espectadores que, acudieron cada semana para aplaudir la belleza de esta obra. Si no tuviste la oportunidad de presenciar este majestuoso espectáculo, entonces, estas son las respuestas que debes conocer, desde las palabras de su director, Osvaldo Doimeadiós.

¿Cuánto se lleva de Luz?

Luz es un espectáculo que se gestó en medio de la pandemia, en una circunstancia extrema para todos los seres humanos. De repente nos vimos encerrados en una situación que rebasaba nuestros propios esfuerzos, nuestros propios cuidados. No sabíamos a dónde íbamos. Esos tiempos de encierro trajeron muchas cosas terribles, muertes, separaciones, desgarramientos y salieron a flote cosas oscuras del ser humano, entonces, dentro de todo eso, decidimos hacer este espectáculo que apostaba por sacar lo mejor de nosotros, apostaba por afirmar, por tener un contacto en vivo con el público, por ese espacio de completamiento, de libertad, de vida, de luz. Esto es lo que me llevo de Luz.

 

¿Qué hizo diferente cada presentación?

El teatro es igual y diferente. Igual en el sentido de que uno puede trabajar con el mismo texto, con las mismas texturas, las mismas canciones, los mismos guiones, pero, sin embargo, cada función es diferente. El teatro es como una lección de vida. Existe, nace y muere cada día, al final de la representación. Al otro día hay que volver a hacerlo y, aun cuando tú trates de hacer las cosas de manera igual, para que cada  acción tenga vida necesita cambiar. Cambia la respiración, cambian los espectadores y sus miradas, el día cambia;  aunque se trate de mantener en el mismo tiempo, la misma tesitura, no se puede. Hay muchas cosas hacia lo interno que marcan estos cambios. El teatro lo hacemos seres vivos y esto nos hace reaccionar y reaccionar ante los estímulos de la vida. Cada día llegamos con pequeñas diferencias y, justamente, de esas diferencias ,nace el espectáculo real que el público capta. Cada función es única y uno aprende con cada una de ellas. 

¿Por qué los boleros?

Cuando luz se gestó, Daya, la directora de la Banda Municipal de Música de Boyeros, pensó en hacer un espectáculo, en la Nave, de boleros, que estuviera vinculada al festival de boleros. Después pensamos que sería una buena idea hacerlo con actores cantando los boleros. Inicialmente, solo imaginamos boleros, pero se sumaron otros géneros. Elegimos los boleros porque forman parte de la banda sonora y del tejido emocional de la familia cubana, de esa herencia que, si no te gustaba, no te gusta,  lo tenías que haber escuchado por tu mamá, tu papá, en una fiesta o en la radio. Esto le añadía una textura especial a la obra y también porque Sigfredo Ariel, a quien estaba dedicado el espectáculo, en sus poemas, fue una persona apegada a este género. Fue un musicógrafo que rescató muchos temas en los programas que hacía para la radio, en las notas discográficas y en las antologías para discos. Los boleros, en su poesía, encontraron la mejor compañía.

 

¿Siente usted que se ha logrado honrar la obra de Sigfredo Ariel?

Sigfredo Ariel es un artista en toda la extensión de la palabra, un artista renacentista por todo lo que pudo hacer y por el registro tan amplio de su obra. Una persona que se movió en el campo de la ilustración, de la escritura, de la realización radial y de la antología de libros y discos. Él era un espíritu inquieto.  Espero que la motivación para hacer este espectáculo haya sido nuestra humilde contribución a la memoria de Sigfredo, a su obra, a su legado y por supuesto a todos los amigos y familiares que han llegado a la nave y a los que estuvieron presentes en santa clara, su ciudad natal, a la cual está dedicada gran parte de su obra. Si al menos alguien se acerca a su obra, de los que no conocían su poesía,creo que habremos cumplido una pequeña parte de nuestros anhelos con el espectáculo.