Esta vez la invitación llega de parte de la Fundación Ludwing para uno de sus inventarios. Al salir del elevador nos encontramos con nuestros reflejos en un espejo cargado de mucha magia, a la derecha una pantalla que nos informa de qué va el inventario y a la izquierda un pequeño pasillo que nos invita a entrar. Reconozco que nunca había visitado el lugar, la vista de esa terraza es maravillosa.
El inventario en la fundación es un proyecto de investigación sobre el arte cubano contemporáneo. La curiosidad me lleva a investigar qué otros artistas han sido parte de los inventarios anteriores. Entre los últimos invitados han estado: Alex Perera Sánchez; Nelsy Vero; Nestor Luis Ocaña Guerra; Damián Pozo; Maikol Martini; Proyecto REM; Bryan J. Romero y Giselle Lucía Navarro.
Semana tras semana el equipo convoca a nuevos artistas e invitados a disfrutar de exposiciones personales y colectivas en la instalación. Un espacio para mostrar el arte contemporáneo y dialogar con los artistas invitados, que permite no solo la charla sino la expansión del arte.
En esta ocasión asistimos al último inventario hasta el mes de septiembre que volverán con la dinámica semanalmente. No obstante la artista de esta muestra nos deja el tejido como forma de contar y reconstruir historias.
Giselle Lucía Navarro, artista visual y poeta, aunque confiesa que no le gustan las etiquetas, sino todo lo contrario, expandir su arte y sus formatos es uno de sus atractivos. El discurso artístico detrás del tejido, nos muestra una forma diferente de apreciar la exposición, la poesía para complementar las piezas o viceversa.
El espacio presenta la obra de la artista en sus diversas facetas. Lo primero que llama la atención es la obra “Carnada” una bola hecha con 200 metros de tejido manuscrito con tinta que contienen una sábana y el texto íntegro de uno de los libros de poesía de la autora.
Dentro de la versatilidad de Giselle también está en exposición obras como: “Sui Géneris”, videopoema “Casa/Siembra”; “De un tajo”, “Una casa no es cordura para enderezar lo insano” Textil, cordón e hilo; “Los injertos sagrados”; “Viendo caer la frontera”; “Apócrifos”; “Corium” y “Mi corazón no es un arma”
La creación es el estado natural de Lucía, tejer historias, reconstruir emociones, verter la realidad que nos caracteriza como generación en su obra; hacerlo de una forma única.
Me llama la atención que esta muestra es una invitación al reconocimiento personal y al silencio; a descubrir en cada observación palabras nuevas y con ello, nuevos sentimientos.
Por María Karla Larrondo González.