La fuerza del mar a veces crea monstruos como el Leviathan, bestia marina que dentro de la interpretación, no solo amenaza sino que destruye todo lo que engendre un poco de fe.
Leviathan (training sobre la muerte de la belleza), inspirada en la obra “The Pillars of Society” de Henrick Ibsen, es la nueva propuesta que ha subido a escena, bajo la dirección de Agnieska Hernández. La Franja Teatral despliega el dramatismo en escena, en la sala del teatro Bertolt Brecht.
Con una fuerte referencia al teatro posdramático, se crea una reflexión sobre los elementos que componen la obra, así como la valoración y los juicios personales; con música en vivo y pocos objetos en escena.
La escritora Bárbara Kingsolver dijo: “todas las mujeres somos hijas de la misma tierra cicatrizada”, esta referencia me llega poco después de ver Leviathan y no creo que sea coincidencia. El grito debe salir de labios de alguien, las palabras deben ser pronunciadas para que llegue a los oídos correctos.
Agnieska Hernández persigue una línea que va desde el teatro documental hasta la violencia de género. Dialogar con un público que conoce tu estilo, a veces, se vuelve complicado, pero la narrativa de Agnieska nunca te deja inmóvil.
Virgilio Piñera, vivir por el arte, las ciudades y su prosa, la violencia de género; son algunos de los símbolos de esta obra. Con un elenco pequeño, deja la mezcla y el protagonismo en la propia historia. Lissete de León interpretando a la bestia del Leviathán; Georbis Martínez y Pedro Rojas interpretando a Virgilio Piñera; Edgar Valle interpretando El bailarín; Lía de la Vega como la niña Lia; Alejandra de Jesús como la niña de las cañas; Lulú Piñera como la madre.
“Cada actor trajo a este escenario un horror, su pequeño monstruo cotidiano. Y fuimos dejando de tratar a nuestro dolor como si no lo conociéramos”
Dejar que un personaje tome tu voz sobre el escenario y curar algunos miedos. Los casos de feminicidios en Cuba no representan noticias, prácticamente desconocidos, Alejandra de Jesús, describe el horror con sus palabras y su mirada.
Las madres cambian su mirada y su discurso, las madres también se vuelven bestias cuando el hambre ataca o cuando sus hijos sufren. Las ciudades a veces amenazan con derrumbarse, pero el Leviathan no podrá con la fuerza de una ciudad hembra.