Con un toque de jengibre y rodeados de naturaleza se celebró, el pasado 22 de octubre, el día de la cultura cubana en La Rosa de Ortega. Este mágico lugar albergó a numerosos emprendimientos cubanos que, junto a varios invitados, pusieron risas y amor a la cálida noche.
El evento contó con la participación de artistas que mostraron sus obras al público de originales maneras. En la bienvenida y en los tragos, Deshidratados Habana, fue capaz de dominar nuestro paladar con sus toques frutales y cítricos. Este emprendimiento apuesta por fomentar la alimentación saludable a través de sus deliciosos productos 100 % naturales.
También desde una ambiente de salud y relajación estuvo presente D ́ Marie Bienestar, un centro holístico que promueve la cultura reiki y ofrece maravillosos masajes y tratamientos faciales. Ubicado en la céntrica calle línea, este lugar, busca hacer crecer el aprendizaje de estas artes.
Por otro lado la tienda Scarlata Cuba, el emprendimiento Helados Cid y el proyecto Zen Havana, fueron encargados de dar toques dulces y fascinantes a la velada. Scarlata Cuba, una tienda de diseño cubano, tiene como impulso crear un producto de calidad y lleno de pasión para sus clientes. Helados Cid, una iniciativa con 18 años de experiencia, aportó la cremosidad y el sabor de la noche con sus deliciosos helados. Por último, el proyecto Zen Havana, que desde su misión de enseñar y transmitir saludables hábitos y consejos, adornó de sabiduría la noche.
La pasarela fue la plataforma de grandes creadores cubanos como Jose Luis González Fuentes, Jorge Oliva Desing, Fresko Habana y Riencis. Las piezas, todas originales de cada diseñador, se dejaron llevar por el ambiente creado por el asombroso DJ Drew y las luces del lugar. Entre los aplausos del público y la elegancia de los modelos, el desfile dejó a todos enamorados y ansiosos.
Con la conducción de la talentosa actriz cubana, Masiel Dueñas y la música del increíble trío de William Roblejo, cierra la noche con broche de oro. El toque perfecto para mostrar lo inmenso del arte cubano. Un lugar maravilloso y un espacio para repetir, con el moño virao.