Por Sara Sánchez
Aunque Marcos Madrigal no fue uno de los chicos que creció correteando las barriadas habaneras, ni encontró en las noches del Malecón abrigo para sus primeras penas, es un cubano rellollo a todas luces. En el medio de Roma, esa ciudad deslumbrante, resalta Marcos, por encima de todos sus adoquines milenarios, porque se le siente diferente… Se sabe de la sangre que corre por sus venas, de ese gozo que lleva consigo, de la guapería heredada… todo a primer vistazo. Aunque el traje impecable y señido, la ecuanimidad y las teclas del piano clásico, traten de disimularlo, Marcos Madrigal, tiene sus raíces en Cuba, y buena parte de su corazón musical.
Y es que uno nunca se va del todo, menos quien quiere la tierra como este joven concertista, a pesar de haber hechado raíces en Italia hace más de 10 años ya. Empeñado en la movilidad del arte, Madrigal casi de la mitad del año lo destina a planificar en Cuba un evento dedicado a su mayor pasión: Habana Clásica, su hija pequeña. Es esa sensación de traer lo mejor de varios continentes, de las salas de conciertos, hasta los rincones más inusitados de la capital cubana. Un encuentro que cada año crece y suma manifestaciones que atrapan hasta al más desinteresado en las sonoridades de cámara. Pero no es todo.
En los últimos días vió la luz un nuevo fonograma que arrastra titulares y el nombre de Cuba ligado a Marcos, aunque se gestó a más de 8000 kilómetros de la isla. «Chansons y Songs», es la primera entrega de Hemisphaeria Trio, un proyecto en el que comparte con otros dos solistas reconocidos del panorama concertístico internacional. Junto al tempo caribeño, la soprano italiana Damiana Mizzi, quien se presenta con regularidad en importantes teatros de ópera a nivel mundial, y Roberto Masueto, quien ha centrado su carrera en el repertorio camerístico y colabora regularmente con la orquesta de la Academia Nacional de Santa Cecilia… Una sinergia divina, a decir de la crítica. Debe ser que cada uno le pone magia por igual…
Bajo el sello de la casa discográfica italo-japonesa Da Vinci Publishing, especializada en música clásica y jazz, nace este lujo, porque es un lujo, donde el grupo de músicos se unen «hechizados por el descubrimiento de un repertorio en su mayoría desconocido», según el sitio oficial de Hemisphaeria Trio. Chansons y Songs lo integran tres ciclos de obras con textos poéticos franceses que fungen como hilo conductor de esta propuesta con composiciones del francés Maurice Ravel, el británico James Francis Brown y la rumana Liana Alexandra… un ir y venir de sonoridades que sin dudas, en varios acordes, tiene sabor a trópico. Un regalo imperdible, digamos.
La realidad, es que siempre se piensa la música clásica de concierto más estilizada, esbelta, menos popular… pero si algo demuestra Marcos Madrigal, es que la melodía rompe fronteras, y cala clases… Porque si es un lenguaje universal, no importa de donde venga, si trae armonía al espíritu… Y no importa que este joven no haya crecido correteando las barriadas habaneras, no hace falta para quererlo y saberlo nuestro, porque la sonrisa, Malecón de su alma, lo delata.