En el corazón del Cotorro, un poblado llamado Cuatro Caminos se distingue por una tradición artesanal única: el tejido de guaniquiqui. Esta práctica, favorecida por circunstancias históricas y económicas, floreció gracias al ingenio de una familia: los Calvo, quienes durante cuatro generaciones han custodiado este legado.
La historia del guaniquiqui en Cuatro Caminos se entrelaza con la del ingenio Portugalete, fundado en 1862. Allí, José de las Nieves Calvo Calvo, hijo de esclavos, trabajaba arduamente. Sin embargo, durante el «tiempo muerto», la escasez económica lo impulsó a buscar alternativas. Así, comenzó a tejer cestas de guaniquiqui para venderlas en el Mercado de los Cuatro Caminos de La Habana, marcando el nacimiento de una tradición que definiría a su comunidad. .
El guaniquiqui, una planta silvestre y perenne, es la materia prima esencial. Este bejuco, resistente y duradero, se transforma en cintas que, con habilidad y paciencia, dan vida a muebles y objetos decorativos. Cada pieza refleja la dedicación del artesano, convirtiéndose en una obra de arte única.
Lázaro Miguel Calvo Torres, heredero directo de la tradición, encarna el compromiso de la familia Calvo con el guaniquiqui. Con un profundo conocimiento de la técnica, Lázaro Miguel se dedica a compartir este saber ancestral, abriendo puertas a nuevas oportunidades económicas y sociales para su comunidad.
Aunque el tejido de guaniquiqui se practica en diversas regiones de Cuba, su potencial como motor de desarrollo local aún no se ha explotado plenamente. La transmisión oral de la técnica ha asegurado su continuidad, pero falta un enfoque sistemático que impulse su crecimiento como proyecto comunitario.
La revitalización del tejido de guaniquiqui en Cuatro Caminos ofrece un camino para preservar la identidad cultural, impulsar la economía local y transmitir conocimientos valiosos a las nuevas generaciones. Al apoyar a artesanos como Lázaro Miguel y promover la formación de jóvenes aprendices, se teje un futuro donde la tradición y la innovación se entrelazan para construir una comunidad más próspera y orgullosa de su herencia.
En Cuatro Caminos, la tradición artesanal de la familia Calvo ha impulsado significativamente el desarrollo de la técnica ancestral del tejido de guaniquiqui. Su influencia ha inspirado a otros artesanos del país, quienes han enriquecido esta práctica con estilos propios e innovadores incorporando nuevos materiales y generando soluciones formales artísticas de vanguardia.
Rescatar la tradición artesanal del tejido de guaniquiqui implica generar propuestas contemporáneas que se adapten a las necesidades y gustos actuales, atrayendo así el interés de los usuarios. Más allá de una simple técnica, el tejido de guaniquiqui representa un valioso patrimonio cultural.
Un proyecto de desarrollo local que ponga en valor la tradición y el conocimiento de la familia Calvo no solo fortalecerá la economía local, sino que también contribuirá a la preservación de este legado ancestral.
Nota: En reconocimiento a su destacada labor de preservación, rescate, revitalización y proyección artística del tejido de guaniquiqui, el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello otorgó el Premio Memoria Viva 2008 al Tejido de Guaniquiqui, tradición por más de 68 años de la familia Calvo, especialmente a José de las Nieves Calvo Calvo, conocido como el Padre del Guaniquiqui, un artesano centenario del poblado de Cuatro Caminos del Cotorro.
Artículo: Regla Echarte Martínez