Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
Search in posts
Search in pages

¡Dale con el corazón, muévete!

Cuentan que uno de los compositores de música popular bailable más célebres que ha parido esta isla, no sabía dar un paso. Fundador y director en vida de la orquesta Los Van Van, Juan Formellcompuso canciones y melodías que hicieron mover un país, incluso a los que no sabían bailar. Precisamente, los cubanos tenemos una sincronía cerebro-corazón-músicaque nos permite movernos más allá de la coordinación de movimientos.

Juan no fue -ni es- el único quesentía el ritmo en la piel. No es usual ver un cubano tranquilo cuando suena “un palo y una lata”, incluso, quienes se quedan sentados, tienen que al menos marcar el ritmo con los pies, no se escapa de la sabrosura del baile en esta isla.

Si de riqueza de bailes se trata, entonces en Cuba hay que hacer unstop. Somos herederos de ritmos y melodías que marcaron épocas e hicieron historia en el mundo. Quizás remover las raíces nos ayude a entender de dónde nos viene esa sensibilidad por el baile.

Pausado, rítmico, cadencioso y ligero… así es el baile nacional de Cuba: el danzón. Originario de la occidental provincia de Matanzas en el siglo XIX, pronto el danzón cobró vida propia en cada salón del país, incluso irradió varios países de Latinoamérica, donde también tiene una historia particular.

Entre los que cultivaron esta sonoridad hay músicos de la talla de Miguel Failde, Barbarito Díez y Antonio María Romeu, por solo citar algunos. Aunque el danzón ya no tiene la misma fuerza de antes, aún conserva un público -para nada despreciable- que mantiene viva esta tradiciónen la isla.

Un buen día, el maestro Enrique Jorrín estaba experimentando con las melodías del danzón y dio con otro baile que se hizo popularísimo en Cuba en el siglo XX, el chachachá.

El título le viene por el sonido que hacen los pies al chocar tres veces con el suelo. ¡Hasta el nombre es musical, imagínense el baile! … «chachachá, qué rico chachachá… vacilón, qué rico vacilón» … Tiene un aire sensual, ¡latinos al fin! Los pies casi no se levantan del piso y las caderas se mueven de arriba abajo mientras se flexionan y estiran las piernas.

La rumba es otro de los ritmos que trasciende generaciones en Cuba. Con una fuerte raíz en las religiones afrocubanas, tiene una fuerza imparable en su sonoridad y movimientos. El guaguancó, uno de sus estilos más extendidos, es un baile súper erótico y sensual en pareja.

Aunque la rumba nació en barrios marginales, incluso, se dice que es “hija del solar”, su empuje y fuerza fueron de tal magnitud que trascendió las fronteras para convertirse en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2016. A la rumba tampoco hay quien se le resista.

Otros ritmos hicieron -y hacen- mover tanto las calles como los salones de baile del país: el son que se siente«apretaito pero relajao»; el mambo… ¡qué rico mambo!; el zapateo; la conga… Pero, entre todos, el casino llega hasta nuestros días a pesar de los embates del tiempo, quizás porque está bastante extendido entre bailadores de todas las edades.

A veces resulta difícil separar el casino de la timba, otro baile popular cubano, que según algunos especialistas entre ambos hay algunas diferencias. Lo cierto es que los dos son expresión de la salsa que se hace en Cuba. Bailar timba o casino, es sinónimo de pura alegría y de sabrosura de la buena. 

Ambos ritmos, si se quieren diferenciar, heredan de nuestra música tradicional, beben del danzón, del chahachá, del son, del mambo, de la rumba… Es un todo en uno, que se mezcla para tener vida e identidad propias.

Pero Cuba no está desconectada del mundo y menos del influjo de nuevos ritmos. El reguetón, por ejemplo, tiene muchísimos exponentes en la isla, y a la vez sirve de base para experimentar nuevos estilos como el traptón (trap + reguetón). Este nuevo sonido combina además hip hop, rap, trampa electrónica, dancehall y elementos de son. Una de las agrupaciones que mejor encarna este género es Yomil y el Dany, quienes desde el 2015 mueven las pistas y las redes en Cuba y el mundo.

Aun cuando aparecen nuevos géneros y se experimentan con otros, existe una fuerte tradición de la que emanan talentosos músicos y canciones de todos los tiempos. La música en Cuba es un organismo vivo que evoluciona y vuelve una y otra vez a las raíces.

Llegados hasta aquí en la lectura, será fácil entender que nosotros, necesitamos bailar para vivir.“Cubano que se respete sabe bailar”, pregona con razón la sabiduría popular, porque es que en Cuba no solo se baila con el cuerpo, se baila hasta con el corazón.