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¿Regresa la fiesta?

Por Sara Sánchez

Hace menos de una semana La Habana, la ciudad amada por los artistas, y hay quien dice que hasta por el arte, la señora de 500 años, dio a conocer nuevas medidas que parece ser, anuncian el paso hacia una nueva normalidad. Al menos desde la cultura y los espacios que la privilegian. Si natural o inducida no sabemos, la realidad es que de a poco parece regresar ese aire de entretenimiento que siempre ha circundado la capital.
Reactivar, con no pocas medidas, el vínculo con el público, tras el levantamiento de las restricciones establecidas por las autoridades sanitarias para controlar el rebrote de la Covid-19, desde principios de septiembre parece ser el primer paso. Un intento de normalización de la vida cultural si se quiere llamar así a vistas que, en solo días, el 10 de octubre, comenzará una Jornada por el día de la Cultura Cubana, que se extiende hasta la fecha que conmemora esta cita.

Dentro de las normativas dadas a conocer en los medios de la isla, se incluyen la reapertura del circuito de cines y salas teatrales, que a su vez aprovechan la ocasión para promover la reservación vía digital. Es válido señalar que estas instancias solo acogerán el 50 por ciento de visitantes bajo estrictos protocolos de higiene y distanciamiento social, según la nota.
Estas medidas devienen un proceso gradual y paulatino que podrán durante los próximos días ser modificadas en función de la situación del país, sobre todo La Habana, que ha tenido ritmos diferentes al resto de las ciudades.
A la lista de centros culturales que restablecen sus servicios en la ciudad cabecera se añaden galerías, museos, el sistema de bibliotecas públicas y las librerías, que mantendrán vigente el servicio a domicilio ofrecido en el período de aislamiento, y otras medidas que faciliten la afluencia de público a estos espacios.

A la par, los parques a cielo abierto como el Jardín Botánico, Almendares, Parque Lenin, Metropolitano y el tecnológico recientemente inaugurado “Finca de los Monos” retoman sus prestaciones sin actividades festivas. En casa uno de ellos, se prevé la desinfección de los equipos de recreación, que potencialmente son usados por los menores de edad.
Eso sí, queda bien claro en cada una de las notas publicadas y alocuciones en los medios que los centros nocturnos, bares y salas de fiestas permanecerán cerrados al público, debido a la actual crisis provocada por el virus SARS-CoV-2 que impone la reducción de las aglomeraciones. Y es que el cubano es muy de abrazos y cariños, de “juntera” dijeran algunos. Y para esta ocasión, al menos para esta, no es nada prudente.
Hay que tener ya como partes de nuestra cotidianidad al virus, ese que parecía lejano, pero llegó y ha paralizado no solo a Cuba, sino al mundo por más de siete meses. Lejos de creer que es el fin de una etapa fea, muy fea, el plan de disposiciones persigue la vuelta a la etapa recuperativa e insta a la responsabilidad y al cuidado de la ciudadanía para el disfrute seguro de las opciones culturales, dada la convivencia con el nuevo fenómeno. Ser responsable con nosotros y para los nuestros, queda de parte de cada uno… En tanto, no, no regresa aún la fiesta, aunque si hacemos un poco de silencio y ponemos atención, quizás se comiencen a escuchar las primeras notas…